jueves, 5 de abril de 2012

Conserjes



El que sube los cafés y baja la luna,
el de los pequeños placeres y las grandes dudas,
busca el dos en los cafes y me encontrarás a mi.
Las sombras ya invisibles,
                        escondiendo otra vez,
                                                  tu camisa a rayas.

Bala perdida, baila este rock

que no estaremos aquí mañana.
Es por tener que el deber nos atrapa,
en la inercia de las mañanas
                                    en los impulsos de las noches.

Que la fina luz del alba acaricie mi espalda,

que la luna tenga tanta envidia como todas las demás bocas,
los besos escondidos siempre fueron más bonitos.
La realidad cambia cada noche el nombre a tu cama.

Cada vez más yo y menos tú, Conserjes de noche*